La relación es bastante simple: el manga es la base del anime. Con esto quiero decir que la mayoría (hay poquísimas excepciones) de animes están basados en un manga que resultó exitoso. El manga, según mi punto de vista es el cómic en base al cual se plantea una serie, por desgracia, los cómics son todos acerca de superhéroes, a diferencia del manga. De otra manera, se podría decir que el manga es una especie de libro con figuras del cual se desarrolla una película, o miniserie. Por lo tanto, un manga puede tener su adaptación al anime. Sin el manga, no habría anime porque no tendría una base, es decir, no tendría nada de que guiarse en cuanto a historia. Por desgracia, a veces, por no decir mayormente, el anime termina adquiriendo ciertas diferencias respecto al manga en cuanto a la historia que desarrollan. Las razones son muchas, una de las más comunes es la gran duración del manga, debido a que sería muy extenso, deciden acortar la serie en cierto punto creando así un final alternativo que muchas veces no es agradable para los fanáticos, ya que los finales alternativos suelen ser pobres en temática y para los fanáticos que se esperaban ver el final de su manga en anime simplemente es decepcionante.
Otra de las razones de porque un anime tiene diferencias con el manga es la siguiente: El anime alcanza al manga. Esto suele pasar porque dos mangas de publicación semanal son equivalentes a lo mostrado en un capítulo de anime y lo mostrado en un manga mensual es equivalente a lo mostrado en un capítulo de anime. Como conclusión, el anime avanza mucho más rápido que el manga y en ocasiones llegan a estar prácticamente desarrollando la misma parte de la historia, es por esto que se crea lo que los fanáticos denominan “filler” que son historias que no están en el manga y por ello no tienen congruencia con la historia original, además suelen ser poco imaginativas y aburridas. Para empeorar las cosas, los “fillers” tienden a ser muy largos, aproximadamente quince capítulos lo cual significa que después de quince semanas recién se podrá volver a disfrutar de la historia general. Los fillers solo se dan cuando el anime va a tener el mismo final que el manga, un ejemplo claro son Naruto y Bleach que tienen más de doscientos episodios cada una y sus mangas pasan de los trescientos capítulos.
Pero, a pesar de todo, mucha gente prefiere ver anime a leer manga. La razón es obvia, las personas preferimos escuchar y ver movimientos a simplemente ver fotografías con diálogos. En el anime uno puede escuchar la voz de los personajes (a veces no se está de acuerdo con esta) que es dada por un seiyu. También se escucha música de fondo en innumerables escenas que aumentan la tensión o hacen siertos momentos más cómicos, a estas canciones se les denomina soundtracks y son un ingrediente indispensable en el éxito del anime.
Además, el anime genera mucho más merchandising que el manga. También es importante decir que el anime tiene mucho mayor impacto visual que el manga porque cuenta con colores a diferencia de la revista que solo es a blanco y negro y en contadas ocasiones lleva colores para dejar notar el color de la ropa, piel, pelo y ojos de los personajes recurrentes. El anime tiende a ser más detallado que el manga y en ocasiones deja ver al final de los capítulos escenas cómicas o informativas acerca del siguiente capítulo.
Para no mencionar tantas veces “manga y anime” simplemente se referirá al anime dándose por entendido que también implica al manga.
Otra de las razones de porque un anime tiene diferencias con el manga es la siguiente: El anime alcanza al manga. Esto suele pasar porque dos mangas de publicación semanal son equivalentes a lo mostrado en un capítulo de anime y lo mostrado en un manga mensual es equivalente a lo mostrado en un capítulo de anime. Como conclusión, el anime avanza mucho más rápido que el manga y en ocasiones llegan a estar prácticamente desarrollando la misma parte de la historia, es por esto que se crea lo que los fanáticos denominan “filler” que son historias que no están en el manga y por ello no tienen congruencia con la historia original, además suelen ser poco imaginativas y aburridas. Para empeorar las cosas, los “fillers” tienden a ser muy largos, aproximadamente quince capítulos lo cual significa que después de quince semanas recién se podrá volver a disfrutar de la historia general. Los fillers solo se dan cuando el anime va a tener el mismo final que el manga, un ejemplo claro son Naruto y Bleach que tienen más de doscientos episodios cada una y sus mangas pasan de los trescientos capítulos.
Pero, a pesar de todo, mucha gente prefiere ver anime a leer manga. La razón es obvia, las personas preferimos escuchar y ver movimientos a simplemente ver fotografías con diálogos. En el anime uno puede escuchar la voz de los personajes (a veces no se está de acuerdo con esta) que es dada por un seiyu. También se escucha música de fondo en innumerables escenas que aumentan la tensión o hacen siertos momentos más cómicos, a estas canciones se les denomina soundtracks y son un ingrediente indispensable en el éxito del anime.
Además, el anime genera mucho más merchandising que el manga. También es importante decir que el anime tiene mucho mayor impacto visual que el manga porque cuenta con colores a diferencia de la revista que solo es a blanco y negro y en contadas ocasiones lleva colores para dejar notar el color de la ropa, piel, pelo y ojos de los personajes recurrentes. El anime tiende a ser más detallado que el manga y en ocasiones deja ver al final de los capítulos escenas cómicas o informativas acerca del siguiente capítulo.
Para no mencionar tantas veces “manga y anime” simplemente se referirá al anime dándose por entendido que también implica al manga.